Hay un espacio gastronómico en el barrio de Palermo que nos lleva de viaje con sus sabores y su dulzura, uniendo tradiciones. Martinelli Obrador Argentino, un pequeño y cálido local a metros de la Plaza Armenia, ofrece productos de elaboración artesanal y combina las mejores recetas de Italia con lo más destacado de la cultura gastronómica argentina.
Helados, facturas y algunas opciones saladas, se suman al café italiano y las medialunas de manteca, que tanto nos gustan de este lado del mundo. Su proceso de elaboración es lento: se deja levar la masa durante cuatro días, para que la masa descanse (no se usa masa madre), logrando una esponjosidad que se vuelve agua en la boca, resultando exquisitas.
El local no es muy grande pero es súper luminoso, moderno y agradable. Se usan diferentes tipos de harinas, manteca, sin aromatizantes ni conservantes. Todo está hecho con manteca, azúcar orgánicos, huevos agroecológicos, jugos naturales y café italiano. El menú es amplio y variado. El helado es como un mimo especial y viene en veintiocho sabores.
Cada gusto es expresión del alma que lleva cada ingrediente. Desde pistacho, café, chocolate amargo, turrón. hasta sambayón con nueces y pasas de uva. Si bien algunos gustos son permanentes, otros rotan según los productos de temporada disponibles.
En Martinelli Obrador las materias primas son agroecológicas y se destacan por ser de muy buena calidad (muchas de ellas son importadas como el pistacho y el chocolate) y la elaboraciónse realiza sin uso de conservantes.
¿Qué podés encontrar en la carta de Martinelli Obrador?
- Las manolitas (punta de las medialunas bañadas con cocholate belga negro y avellanas, chocolate blanco y pistacho) son una reversión española muy copada.
- Helados artesanales en forma de rosa (UNA VERDADERA OBRA DE ARTE). Ya son marca registrada. Un clásico de Martinelli que vale la pena probar. Con sabores argentinos pero procesos de elaboración italianos.
- Cannoncinos italianos (cañoncitos) se presentan en cinco rellenos (pistacho, Nutella, crema pastelera, sambayón y chocolate de Piamonte) y variedad de toppings. Tienen hojaldre sutil y friable. Vienen caramelizados.
- Vigilantes, sfogliatella, maritozzo (pan brioche italiano relleno con crema) y sandwichería.
- Muy buenos combos para el desayuno.
- La bollería es estrictamente artesanal. Cada especialidad requiere cuatro meses de pruebas antes de pasar al mostrador.
- Las medialunas de grasa (pintadas con aceite de oliva) son una perdición. Las de manteca son perfumadas y fragantes.
- Cruffin (fusión entre croissant y muffin).
- Croissants simples o de cacao, hojaldradas y gratamente mantecosas.
- Chipá (se pide muchísimo)
La atención personalizada es otro punto para destacar. Su dueño, Carlo (un italiano que cuenta con un amplio currículum gastronómico) está muy presente en el local, cuidando cada detalle. Él mismo realiza los helados en forma de rosa o conversa con los clientes para estar atento a ese ida y vuelta tan productivo.
Helados con forma de flor y pétalos de rosa ♣
Son lo más llamativo que ofrece Martinelli. Es una presentación muy creativa, original y refinada. Se sirven en cucurucho y tienen forma de flor abierta. como pétalos.
Los helados son artesanales y premium, compiten con los mejores de Buenos Aires. La heladería ofrece 28 gustos, entre los que se destacan turrón, pistacho, café, chocolate amargo y sambayón, con sabores que son fijos y otros que varían según las estaciones.
Pero el toque distintivo es la forma de flor que le dan a la presentación cuando los clientes piden un cucurucho, la atracción de la casa para todos los que llegan por primera vez.
El origen de esta historia
Detrás de Martinelli Obrador Argentino y sus productos de alta calidad hay una gran historia y eso fuimos a buscar.
Todo comienza en las cercanías de Parma, alrededor de 1910, cuando surgió un bar con pastelería que estuvo abierto por más de un siglo. Se llamaba Martinelli y fue en ese lugar donde uno de los socios fundadores de este proyecto tuvo sus primeras experiencias en el mundo gastronómico. Años después, el italiano Carlo Contini rinde homenaje al local abriendo Martinelli Obrador junto a dos amigos, uniendo dos culturas tan cercanas, como la italiana y la argentina.
Carlo desembarcó en el país en el año 2011 y traía en sus maletas un curriculum muy sabroso: toda una historia de vida familiar ligada a lo gastronómico, el amor por el rubro heredado de su padre (cocinero profesional), los recuerdos desde niño y mucha experiencia acumulada en años de trabajo en cafeterías, heladerías y bares prestigiosos, en Italia y España.
En Argentina también fue dejando su huella y su nombre se hizo conocido en emprendimientos como Prado y Neptuno, Rey de Copas, Leopoldo, Peugeot Lounge y Vico. Allí se conectó con muchos profesionales, como el chef empresario Manuel Barraza. La pandemia los unió para este proyectoal que dieron vida juntos, dedicado a la primera experiencia laboral de Contini realizada en un bar-pastelería histórico de Salsomaggiore Terme, Italia.
La pastelería italiana en Buenos Aires
Martinelli Obrador Argentino es una fusión que resultó ser un éxito palermitano, que en muy poco tiempo, se hizo lugar.
Es una propuesta que viene de la mano de un fenómeno que se está produciendo en el rubro gastronómico: altos estánderes de calidad, altos costos en los productos más modernos, variados y refinados, las mejores materias primas, técnicas de elaboración muy cuidadas y creatividad.
Este ensamble unió lo mejor de la pastelería italiana, helado de altísima calidad con identidad ítalo-argentina y bollería contemporánea. Recogió, además, las mejores técnicas y especialidades de Argentina, Francia, Italia y España.
Condensó las raíces más profundas, herencias familiares y lazos, que se viven en cada uno de los sabores como una caricia dulce, suave y especial.
¿Dónde queda el local?
Martinelli Obrador Argentino
Malabia 1779 – Palermo
Domingos a miércoles de 8h a 00h, jueves a sábados de 08h a 01h
IG: @martinelliobrador
